La mitad de mi vida, pequeño

La mitad de mi vida, pequeño
Nosotros.

martes, 24 de enero de 2012

Es algo que no se espera, una sensación que te lleva con una fuerza imposible de controlar. Se consigue a base de confianza, besos, caricias, noches de llanto al compás de la lluvia, mañanas de resaca de tantas lágrimas tomadas en la noche anterior. Una noche sin él es como un verano sin sol, un invierno sin lluvia, una primavera sin alergia o un otoño sin caminar por la calles de Nueva York con cientos de hojas por los suelos. Supongo que los árboles son como nosotros, necesitan cambiar cada de cierto tiempo. Es eso que todos buscan y solo unos pocos consiguen. Seguramente sea porque no se busca, se espera. Las palpitaciones, los nervios, las piel de gallina y todo eso, en fin, son síntomas o algo parecido. Y solo pueden decir una cosa, 


te estás enamorando, y no puedes hacer


 nada para evitarlo.

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