La mitad de mi vida, pequeño

La mitad de mi vida, pequeño
Nosotros.

lunes, 30 de enero de 2012






Para mi, lo más bonito de la vida es poder compartirla con alguien, y ese alguien, es 
mi perro.

jueves, 26 de enero de 2012



Saber que el mejor perro del mundo existe... y que por suerte lo tengo yo  ;)

martes, 24 de enero de 2012

Es algo que no se espera, una sensación que te lleva con una fuerza imposible de controlar. Se consigue a base de confianza, besos, caricias, noches de llanto al compás de la lluvia, mañanas de resaca de tantas lágrimas tomadas en la noche anterior. Una noche sin él es como un verano sin sol, un invierno sin lluvia, una primavera sin alergia o un otoño sin caminar por la calles de Nueva York con cientos de hojas por los suelos. Supongo que los árboles son como nosotros, necesitan cambiar cada de cierto tiempo. Es eso que todos buscan y solo unos pocos consiguen. Seguramente sea porque no se busca, se espera. Las palpitaciones, los nervios, las piel de gallina y todo eso, en fin, son síntomas o algo parecido. Y solo pueden decir una cosa, 


te estás enamorando, y no puedes hacer


 nada para evitarlo.

lunes, 23 de enero de 2012

domingo, 22 de enero de 2012

Cierra la puerta, enchufa el equipo de música,y 
dale al play, sube el volumen mas mas y mas…
Empieza a cantar esa canción que tanto te llena, ponte a bailar hasta que las piernas te tiemblen. No importa si lo haces mal o bien, lo que importa es que eso te transporte a otro lugar, donde todo de lo que huyes desaparezca. Donde no haya lágrimas y puedas reír hasta reventar.
Dale al pause, vete corriendo a la cocina y bebe agua. Ponte los cascos y escucha esa canción con la que te sientes tan identificada, cierra los ojos y empieza a cantar muy muy bajito para que nadie te escuche, derrama esas lagrimas que te sobran. 
Deja los cascos en la cama y ves a secarte las lagrimas. Y por ultimo pon esa canción que te hace saltar, a todo volumen empieza a bailar hasta que esa tímida sonrisa que juega al escondite se deje ver.

miércoles, 18 de enero de 2012

Porque a veces quieres volver a aquel tiempo en el que todo era mucho mas fácil, a aquel tiempo en el que había una frase que decidía las decisiones a las que nosotros llamábamos importantes, esa frase era Pito-pito gorgorito… ¿dónde vas tú tan bonito?…A la era verdadera… ¡pim pom fuera! En la casa de pinocho solo caben ocho. Un, Dos, Tres, Cuatro, Cinco, Seis, Siete y Ocho. Venga tú, te doy los dos gublins que me quedan.
Cuando lo más necesario para salvar a todos tus amigos, era sólo decir ‘Por mi y por todos mis compañeros!’ así todos te querían, todos te apreciaban, y sobre todo, todos se reían del que se la quedaba.
Ese tiempo en el que cuando te decían un típico ¿A que no te atreves a…? Si no lo conseguías, no eras persona.
O si no cuando decían tonto el último y tu corazón latía con el triple de velocidad que de costumbre, intentando lograr llegar antes.
En aquel tiempo en el que los globos de agua eran la segunda arma más moderna, poderosa y eficiente, y la primera era la invencible pistola de balines.
Cuando se gritaba GUERRA en un cumpleaños y significaba comida por los aires, métete bajo la mesa o morirás.
En aquel tiempo en el que el mayor problema, la mayor desilusión y la mayor pena era ser elegido último en los equipos de educación física.
Cuando la mayor gratitud del día era que tu madre te comprara una bolsa de patatas en la que regalaban los míticos taazos de los Pokemon y el mayor negocio del siglo era conseguir cambiar los taazos repetidos por el que hacía tanto tiempo que te faltaba.
En aquel tiempo en el que lo mejor del mundo era ponerse el gorro de la chaqueta y hacer como que eras superman y llevabas capa.
En aquel tiempo en el que no existían videoconsolas, ordenadores ni parecido en nuestro mundo, solo existía el balón, la comba y la calle.


Y ahora todas estas cosas son pequeños detalles, detalles que significaron mucho en algún tiempo, detalles que ahora recuerdas, y no puedes hacer otra cosa que sonreír.