La mitad de mi vida, pequeño

La mitad de mi vida, pequeño
Nosotros.

miércoles, 18 de enero de 2012

Porque a veces quieres volver a aquel tiempo en el que todo era mucho mas fácil, a aquel tiempo en el que había una frase que decidía las decisiones a las que nosotros llamábamos importantes, esa frase era Pito-pito gorgorito… ¿dónde vas tú tan bonito?…A la era verdadera… ¡pim pom fuera! En la casa de pinocho solo caben ocho. Un, Dos, Tres, Cuatro, Cinco, Seis, Siete y Ocho. Venga tú, te doy los dos gublins que me quedan.
Cuando lo más necesario para salvar a todos tus amigos, era sólo decir ‘Por mi y por todos mis compañeros!’ así todos te querían, todos te apreciaban, y sobre todo, todos se reían del que se la quedaba.
Ese tiempo en el que cuando te decían un típico ¿A que no te atreves a…? Si no lo conseguías, no eras persona.
O si no cuando decían tonto el último y tu corazón latía con el triple de velocidad que de costumbre, intentando lograr llegar antes.
En aquel tiempo en el que los globos de agua eran la segunda arma más moderna, poderosa y eficiente, y la primera era la invencible pistola de balines.
Cuando se gritaba GUERRA en un cumpleaños y significaba comida por los aires, métete bajo la mesa o morirás.
En aquel tiempo en el que el mayor problema, la mayor desilusión y la mayor pena era ser elegido último en los equipos de educación física.
Cuando la mayor gratitud del día era que tu madre te comprara una bolsa de patatas en la que regalaban los míticos taazos de los Pokemon y el mayor negocio del siglo era conseguir cambiar los taazos repetidos por el que hacía tanto tiempo que te faltaba.
En aquel tiempo en el que lo mejor del mundo era ponerse el gorro de la chaqueta y hacer como que eras superman y llevabas capa.
En aquel tiempo en el que no existían videoconsolas, ordenadores ni parecido en nuestro mundo, solo existía el balón, la comba y la calle.


Y ahora todas estas cosas son pequeños detalles, detalles que significaron mucho en algún tiempo, detalles que ahora recuerdas, y no puedes hacer otra cosa que sonreír.

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